La abulia con que transcurría la COP20 de Lima se quebró con la llegada del presidente de Bolivia, Evo Morales, quien, como se esperaba, disparó críticas contra el capitalismo y sus representantes, los verdaderos responsables, según él, de las angustias ambientalistas del planeta.
"Debemos ponerle freno a la acumulación capitalista y crear otra civilización, otra sociedad, otra educación, otra cultura que no crea en el dios dinero sino en el ser humano y la madre naturaleza", dijo Morales en la primera sesión de Alto Nivel de la COP20."Después de tres décadas de conversaciones (sobre el cambio climático) seguimos en el mismo punto de partida. Nuestros pueblos no deben participar más en simulacros de acuerdos que no llegan a
ninguna parte", agregó.
Así, una reunión que transcurría en medio del burocratismo, del cuidado lenguaje diplomático y de una jerga técnica de difícil comprensión, se encontró con un orador que no ahorra adjetivos y que
sacudió a los oyentes en el cuartel general del Ejército, sede de la reunión.
En su triple condición de jefe de Estado de un país pobre y vulnerable, de indígena y de socialista, Morales, un aymara de 55 anos que gobierna Bolivia desde 2006, se ha convertido en símbolo mundial de quienes discrepan con las conversaciones que sobre el cambio climático patrocina las
Naciones Unidas.
Morales cree que resolver el problema del calentamiento global pasa por "vencer al capitalismo y salvar a los pueblos", y así se los dijo frontalmente a los representantes de los otros 194 países representados en la COP20.
"Su único dios es el dinero", apuntó Morales contra los capitalistas y sus aliados que, en sus palabras, impulsan un consumismo desaforado que lleva a la producción de objetos "innecesarios y dañinos" y para ello recurren a combustibles fósiles y otros generadores de efecto invernadero.
"Los pueblos debemos tomar el control del gobierno allí donde sea posible, y, donde no, tenemos que presionar a los gobiernos y a las empresas", resaltó Morales en un discurso leído. Luego, en una conferencia de prensa, también apuntó el dedo contra "pueblos que han elegido a gobiernos
procapitalistas y proimperialistas".
Mientras esa emancipación no ocurra, agregó, reuniones como las COP representan "una carga de hipocresía, racismo y neocolonialismo", que en la práctica "no son un diálogo sino un monólogo fallido" en el que a los pueblos más vulnerables son movidos "como fichas".
La voz de Morales y sus pensamientos contestatarios inundaron la sede de la COP20. En los televisores dispuestos en varios puntos de la sede, los visitantes se dedicaron a escuchar a esa voz distinta que hablaba de "la madre naturaleza" y "la madre tierra".
En el posterior breve encuentro con reporteros, el mandatario moderó un poco el discurso al afirmar que en las COP pueden tener presencia los pueblos a través de gobiernos que verdaderamente
los representen, y eso es importante.
Asimismo, consideró positivo que países generadores de gran contaminación, como Estados Unidos o China, hayan comenzado a pensar en el tema, después de que ignoraran durante décadas los acuerdos.
La presencia de Morales resultará sin embargo más breve de lo que aspiraban sus aliados, pues volverá a La Paz tras reunirse con su homólogo peruano Ollanta Humala y no participará mañana en la Marcha de los Pueblos, movilización alternativa por las calles de Lima en la que se suponía que iba a ser la máxima estrella.
Morales invocó razones de agenda para no participar, aunque deslizó un misterioso comentario sobre la presencia de "ambientalistas que son instrumento del capitalismo". La COP20, que afina los acuerdos a que se debe llegar en la COP21 de 2015 en París, los que teóricamente deben ponerse en
práctica desde 2020 para evitar que la temperatura suba más de dos grados centígrados en este siglo, comenzó el lunes de la semana pasada, pero apenas hoy ingresó en la fase de Alto Nivel, que se
prolongará hasta el viernes.
Fuente: Universo
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